martes, 16 de marzo de 2010

Do you remember?




¡Buenas noches queridos y queridas!

Cuánto tiempo sin aparecer por éste mi blog.
He de deciros que desde noviembre me encuentro en España, en mi pueblo. Pasando un frío que nunca he tenido en ninguno de mis puntos norteños de residencia, luchando contra el viento, las inundaciones (debidas la mayoría al mal estado del alcantarillado), las marejadas y las marejadillas. Ahora estoy en un punto de esperanza, hoy ha salido el sol y he deseado con todas mis fuerzas que vuelvan esos días llenos de luz típicos de Andalucía.

Debido a estos avatares meteorológicos he tenido tiempo de hablar con mis amigos largo y tendido. He vuelto a recordar aquel pueblo en donde el edificio más alto tenía cuatro plantas, aquellas calles llenas de macetas de geraneos, los lugares de reunión: La Ventura, El Cantador, Zanzibar, La Taberna Antigua, Saint Tropez, La Caña Roja, El Barranquillo, El Hotelito, Paco's Bar, y otros tantos que no escribo por no ser cansina. Hoy apenas si queda algo de esto, las directrices del ayuntamiento pasan por acabar con lo típico para entrar en lo vulgar por la puerta grande. ¿Para qué conservar todo el centro histórico del pueblo pudiendo construir edificios de veinte plantas a pie de playa?

Lo bueno de esta vuelta al pasado ha sido recordar tantas cosas agradables: el olor de la caña de azúcar, la madreselva cubriendo los muros, las gentes sentadas a la puerta de su casa en el verano, la amabilidad de aquel pueblo con los "forasteros", los apodos familiares... Lástima que no quede de ellos ni un esbozo. Hemos conseguido pueblos sin identidad en toda la costa española, da igual que te suelten en Benidorm o en Benalmádena, mismos arquitectos, mismos intereses, mismos políticos. Así que desde aquí pido la vuelta al pasado, abogo por lo añejo, la viga de madera frente a la de hormigón, la reja de hierro frente al frío aluminio, las paredes blancas frente al azulejo multicolor hortera. Quiero volver a las tabernas que olían a salitre en donde la mezcolanza de extranjeros y nativos era algo natural, caminar sola por las calles de madrugada sin miedo, dejar mi ventana abierta y ver desde la cama los visillos movidos por la brisa.

Al margen de todo este batiburrillo de recuerdos, deseos y ganas de acabar con los abusadores, os comento que he expuesto unos cuadros en el bar El Mesón en febrero, ahora estoy preparando otra exposición para octubre. Mientras tanto no sé si deseo quedarme en este pueblo donde me he adoptado o volver a coger la maleta y el avión. Ya os mantendré informados. Si alguno de vosotros tiene pensado venir por aquí, ya sabeis dónde encontrarme, sabeis que siempre estoy dispuesta a una buena conversación mientras miramos el mar, si nos acompañamos de un gin tonic de Hendrick's con su tónica Fever Tree y su trocito de pepino o lima, mejor que mejor. Ya sabeis como soy para estas cosas.

Os deseo buenas noches!

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