miércoles, 26 de noviembre de 2008

Celebration




¡Buenas noches amores!

Por fin me digno a aparecer de nuevo.  Ya sabeis de mis vacaciones cubanas, lo que desconoceis es el trabajo que me ha costado digerir lo que he visto en la otrora llamada Perla del Caribe. No pienso castigaros con mis elucubraciones postcastristas, porque eso se merecería otro blog, que este es simple y llanamente frívolo, sin cabida para la política de salón. 

También voy a felicitar a dos amigas: la primera es Perrigato, por su boda sevillana. Te deseo todo lo que te he deseado siempre, en Sevilla o doquiera que vayas. La segunda es Sarita Lasauria por su nuevo periódico digital  Costa Digital—La Revista De Almuñecar Y La Costa Tropical   en el que le auguro muchos éxitos, eso sí teniendo mucho cuidado con el tal chaperón de Murcia.

Y ya que he titulado esto Celebration, en honor de ese barrio/pueblo ideado por Disney del que muchos abominan por lo perfecto y para ponerlo en justa contienda con mis recuerdos caribeños, tendríamos que celebrar algo que no estuviera tan manido como los mantecados navideños. Bien podría Ferran Adriá reinventarlos y que las próximas navidades encontraramos en las estanterías de los supermercados dulces con nombres más poéticos, tales como muselina de almendras a las dos harinas con costra de azucar al aroma de coco en disolución de grasa de cerdo íberico (antiguos mantecados de coco), o bien sorpresata de bizcocho embebido en petillant con aires de vainilla de Jamaica (el famoso roscón de Reyes). Ya veis que me vuelvo a ir del tema. 

A los que no sabeis que he hecho desde mi última entrada deciros que, aparte de Cuba, he visitado suelo patrio, he paseado por el Támesis celebrando aniversarios y que ahora me encuentro en mi casa de cristal mancunian. En breve regreso a Andalucía, para ser exactos el próximo domingo. Ya sabeis que posiblemente nos veamos y podremos tener nuestra particular Celebration.

Os dejo con un hasta luego y dos instantáneas cubanas, la primera hecha en el jazzcafé y la segunda una vista del Vedado bajo una tormenta.

Ya sabeis que os quiero